Cuerpo Alma y Corazón

Que cada día reine en sus corazones el amor y la presencia de Jesús.

Dios los bendiga y el Angel del Señor los acompañe siempre...

domingo, 8 de noviembre de 2009

CUÁNTO ME CUESTA, SEÑOR


CUÁNTO ME CUESTA, SEÑOR

Cuanto me cuesta Señor, elevar a tí mi mirada y levantar mis manos sin iras ni contiendas para rendirte alabanza y adoración.
Cuanto me cuesta Señor, levantarme con el alba, hablarte de mis cosas, se que eres el único que entiendes
mi risa y mi llanto, que sabes cuanto sufro, y cuanto te necesitan
mis seres queridos.
Tú conoces todo de mi vida y mi hogar, cuanto me cuesta conversar contigo.
Y eres mi único amigo fiel.
Hoy quiero doblegar mi orgullo y mi pereza y decirte: Perdoname Señor, no tengo razones ni argumentos para justificar mi actitud contigo.
Miro al calvario y te veo muriendo por mí, como agradecerte que dieras tu vida para que mi alma no se perdiera.
Que vergüenza no darte mi atención, que pena no saber deleitarme en tu compañía y alegrarme con tu amor en cada que amanecer, la verdad es que necesito tanto beber de tu sabiduría y de tus fuerzas para seguir adelante y vencer en cada una de, mis batallas de fe.
Perdonáme Señor, y por favor escucha:
Si quiero adorarte con todas mis fuerzas, y decirte llorando de alegría: Gracias Señor, bendito seas por perdonarme y darme una vida nueva libre del poder del pecado
y de la muerte eterna.
Gracias por salvar mi alma del infierno y preparar morada para mi en el cielo.
Gracias mi Señor.
Extraido de la pagina web: www.senderoespiritual.com
Bendiciones....

lunes, 2 de noviembre de 2009

Llamados a Bendecir a los Demás


Llamados a Bendecir a los Demás



Una de las experiencias más angustiosas de la vida es separarnos de las cosas y de las personas que más amamos. A menudo es difícil dejar una casa que contiene tantos recuerdos agradables y siempre es duro decirle adiós a nuestros seres queridos cuando debemos dejarlos.


Así que no fue fácil para Abraham obedecer la demanda de Dios de separarse de su país y de sus amigos y parientes. Sin embargo, sin la obediencia al mandamiento de Dios, no habría bendición para él o para sus descendientes.


Dios llamó a Abraham a esta vida de consagración especial porque lo habría elegido para ser el canal a través del cual Él obraría Su plan de redención.


La raza humana se había revelado y se había vuelto idólatra, y Abraham necesitaba adorar al único y Dios verdadero.


Sigue siendo el deber de todos los creyentes cortar con cualquier relación que impida nuestro progreso y efectividad espiritual. Debemos abandonar todo pecado, toda obstinación, y todo placer mundano que aleje nuestro corazón de Dios.

Si lo hacemos, cuando seamos probados y tentados, la fibra espiritual de nuestras vidas soportará la prueba. Seremos fortalecidos en el proceso, para que a su vez podamos ser una bendición a aquellos a nuestro alrededor.




ESTAR APEGADO A CRISTO ES EL SECRETO
PARA ESTAR DESPEGADO DEL MUNDO.